Funcionamiento general

Para hacernos una idea de cómo funciona una Distribución Linux, tomamos como ejemplo Linux Mint 18.3 con escritorio MATE.

Encontraremos similitudes y diferencias con respecto al escritorio clásico de Windows:

Tenemos un botón de Menú desde el que acceder a los programas instalados, clasificados por categorías. Se pueden probar sin miedo: cuando algo que vayamos a hacer pueda afectar al sistema, se nos pedirá la contraseña de administrador (root) que habremos introducido al instalar el sistema. Si no estamos seguros de lo que estamos haciendo bastará con cancelar el proceso.

Mientras dure el periodo de soporte, el sistema nos ofrecerá actualizaciones regularmente; veremos el icono de información en la parte inferior derecha de la pantalla.		Pincharemos en él y veremos la lista de paquetes a actualizar. Los instalaremos y, una vez terminado el proceso, veremos que el icono ha cambiado.
Sistema pendiente de actualizar		Sistema actualizado

Hacer botón derecho sobre diferentes partes del escritorio nos ofrece diversas opciones:
Botón derecho sobre un programa	Botón derecho sobre el escritorio	Botón derecho sobre el panel inferior

También podemos modificar la apariencia de nuestro sistema cambiando el color de las ventanas, fondo de los programas, iconos, tamaño y tipo de letra, etc. en el apartado correspondiente.

Después de mirar qué programas tenemos instalados por defecto en nuestro sistema, podremos instalar más o desinstalar los que no deseemos.

Las distribuciones disponen, en sus servidores de Internet, de los llamados Repositorios Oficiales (Bases de Datos de Programas) desde los que podemos descargar los programas que deseemos: utilizaremos para ello el Gestor de Software.

En él encontraremos miles de programas, clasificados por categoría y popularidad, listos para descargar. Bastarán un par de clics para, en breves momentos, tenerlo disponible en la categoría correspondiente de nuestro Menú principal.

En la imagen, instalando Dropbox.

Pero ¿y si no encontramos el programa que queremos en el Gestor de Software?. Entonces deberemos buscar en Internet ¿cómo instalar tal_programa en nuestra_distribucion?. En las respuestas aparecerá una que nos lleve a la web del autor y este nos propondrá alguna de las siguientes soluciones, de las que más adelante veremos ejemplos:

1a opción: Nos encontraremos un paquete .deb para descargar. Nada más sencillo. Lo descargaremos y, como si se tratara de un archivo .exe en Windows, haremos doble clic sobre él y se procederá a la instalación. Al finalizar, estará disponible en su categoría del Menú principal.

2a opción: El autor nos propone añadir un nuevo repositorio (repositorio no oficial) a la lista de nuestros repositorios oficiales. Con esto conseguiremos que el programa esté disponible para nuestro sistema. Más adelante veremos cómo hacerlo.

3a opción: En los últimos años ha aparecido la opción de instalar programas a través de nuevas opciones: Flatpak, Snap y AppImage (+info).

4a opción: Si no encontramos una alternativa a determinado programa que usamos en Windows, tal vez podamos solucionarlo usando la plataforma Wine (Windows Emulator - Emulador de Windows) que nos creará un entorno artificial similar al de Windows dentro de nuestro sistema GNU/Linux; podremos así instalar nuestro archivo .exe y acceder a él desde el Menú, igual que al resto de programas. En la imagen, el programa para Windows 7-zip instalado a través de Wine.

En la sección Programas gratis encontraremos una lista de programas gratuítos que podemos utilizar en Windows y su correspondencia en GNU/Linux. Muchos tienen versión para ambos sistemas y es interesante acostumbrarse a usarlos en Windows para que, cuando empecemos a usar GNU/Linux, se nos haga más fácil el cambio.

Llamamos controlador (driver) al programa que hace que un determinado componente o periférico (hardware - impresora, cámara, tarjeta gráfica, etc.) funcione correctamente en nuestro sistema. Suele estar en el disco que viene junto con él y que solo sirve para Windows.

Los sistemas operativos GNU/Linux generalmente incorporan por defecto todos los controladores necesarios pero si, por casualidad, hiciera falta alguno adicional, se nos avisará de ello y podremos instalarlo facilmente.

El Terminal es un programa incluido por defecto en todas las distribuciones GNU/Linux que se utiliza escribiendo ordenes desde el teclado. Es una herramienta muy util y potente que, de momento, nos va a venir bien únicamente para hacer alguna configuración del sistema recién instalado.

A medida que se aprende más sobre GNU/Linux, se le encuentran más utilidades y, aunque esto corresponda ya a una guía más avanzada, baste con decir que hay muchas tareas que, pudiendo hacerlas en modo gráfico (usando el ratón), se pueden hacer también utilizando el Terminal y se hacen en menos pasos y más rápidamente.

Más adelante veremos ejemplos básicos de su uso y aprenderemos a valorar su potencial. A partir de ahí será cosa de cada uno profundizar o no en su uso.